
GAFAS DE SOL, MUCHO MÁS QUE MODA.
El verano ya ha llegado, el sol, la playa o la montaña siendo los mejores aliados de nuestras vacaciones, al igual que la exposición permanente en nuestra piel y nuestros ojos, los cuales deben ser protegidos en este periodo estival, ya que las radiaciones solares prolongadas inciden nocivamente en nuestro cuerpo.
Según las estadísticas, el 60 % de las gafas de sol vendidas en España, no han pasado por ningún control de calidad. Esto ha supuesto un aumento considerable de personas con problemas oculares, producidas por la dispersión de los rayos ultravioleta, sobre todo, en la nieve o la playa, y la ausencia de filtros de protección solar de buena calidad.
Es importante saber que algunos dolores intensos de cabeza, conjuntivitis y fotofobias anormales, están producidos directamente por la utilización de gafas de sol sin ningún tipo de garantía de calidad, lentes que no disponen de los filtros adecuados para evitar el paso de la radiación ultravioleta a los ojos y las distorsiones anómalas de la imagen.
Cuando los ojos están demasiado tiempo expuestos a este tipo de radiación, ésta se almacena en cierto modo en el cristalino sin que pueda eliminarse, por lo que, a la larga, pueden aparecer cataratas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la acción de la radiación ultravioleta unida al deterioro de la capa de ozono dará como resultado en los próximos años un alto incremento de cataratas y otras anomalías oculares, como queratoconjuntivitis actínica, úlceras epiteliales, degeneraciones corneales, edemas maculares, etc.
Aunque la mayoría de las radiaciones solares son eficazmente filtradas por el ojo existe un mayor riesgo de contraer cualquier patología anteriormente citada, sobre todo, las personas que viven a una mayor altitud ó practican deportes de alta montaña, ya que, la capacidad de protección de la atmósfera es mucho menor que en las zonas bajas. Los esquiadores deben tener un especial cuidado porque además de la baja protección atmosférica se une el exceso de luz y la radiación reflejada por los cristales que forman la nieve. Debemos de recordar que la mayor penetración de las radiaciones nocivas tiene lugar en el mediodía solar.
Hay que tener en cuenta que el césped refleja sobre los ojos sólo el 1 % de las radiaciones solares, la arena de la playa un 10 % -un porcentaje ya elevado- el mar abierto un 20% y la nieve un 80 %, con lo cual, podemos afirmar que tienen un gran peligro todas aquellas personas que no lleven unas gafas de protección solar adecuadas.
Es fundamental la utilización de lentes con filtros especiales que respondan como mínimo a dos finalidades prioritarias: impedir que lleguen al ojo las radiaciones dañinas, como el infrarrojo y el ultravioleta, y reducir la intensidad de las radiaciones visibles para evitar el deslumbramiento y proporcionar una visión nítida y confortable. Para ello compra tus gafas en los establecimientos de óptica y recibirás todas las garantías del fabricante de la gafa de sol, la especificación técnica de la lente y el asesoramiento del Óptico-Optometrista.
Eloy Llopis Vizcaíno
Óptico-Optometrista col 10.094